miércoles, 5 de diciembre de 2012

“El desarrollo de la sociabilidad, el autoconcepto en el niño y la observación en el proceso de crianza”

¿Cuáles son los factores que afectan al apego?
R=El apego supone “la atadura” afectiva mas fuerte que siente el ser humano hacia otros semejantes, produciendo placer cuando se llevan a cabo interacciones y buscando la cercanía de la persona con la que se siente apego en momentos de ansiedad e inseguridad. Por tanto, dicho vinculo responde a una de las necesidades más básicas y fundamentales que experimenta el ser humano: la necesidad crucial de sentirse seguro, protegido y ayudado.
 ¿Qué se manifiesta en la forma de interacción del cuidador que afecta la calidad del apego del bebé?

R=
  • Intento por mantener la proximidad con la persona con la que se siente apego.
  • Contacto sensorial privilegiado.
  • Debido a la seguridad que conlleva el apego, el bebé tiene relaciones más eficaces con el entorno que le rodea.
  • Ansiedad ante la separación.
Con las palabras de Ainsworth y Bell (19670) podríamos resumir que “la característica mas sobresaliente es la tendencia a lograr y mantener un cierto grado de proximidad al objeto de apego que permita tener un contacto físico en algunas circunstancias y a comunicarse a cierta distancia, en otras”.
 ¿Cuál es la relación entre el apego y el desarrollo de la personalidad posterior en el niño?
  1. R=de preapego. Abarca desde el nacimiento hasta las seis primeras semanas aproximadamente. Durante este periodo, la conducta del niño consiste en reflejos determinados genéticamente que tienen un gran valor para la supervivencia. A través de la sonrisa, el lloro y la mirada, el bebé atrae la atención de otros seres humanos; y, al mismo tiempo, es capaz de responder a los estímulos que vienen de otras personas. Tratan en muchas ocasiones de provocar el contacto físico con el resto de los seres humanos. En esta fase aparece un reconocimiento sensorial muy rudimentario hacia la madre. Prefieren la voz de ésta a la de cualquier otro adulto a pesar de que todavía no muestran un vínculo de apego propiamente dicho.
  2. Fase de formación del apego. Abarca desde las seis semanas hasta los seis meses de edad. En esta fase, el niño orienta su conducta y responde a su madre de una manera más clara de cómo lo había hecho hasta entonces. Sonríe, balbucea y sigue con la mirada a su madre de forma más consistente que al resto de las personas. Sin embargo, todavía no muestran ansiedad cuando se les separa de la madre a pesar de reconocerla perfectamente. No es la privación de la madre lo que les provoca enfado, sino la pérdida de contacto humano como cuando, por ejemplo, se les deja solos en una habitación.
  3. Fase de apego propiamente dicha. Este periodo esta comprendido entre los 6-8 meses hasta los 18-24 meses. A estas edades el vínculo afectivo hacia la madre es tan claro y evidente que el niño suele mostrar gran ansiedad y enfado cuando se le separa de ésta. A partir de los ocho meses el bebé puede rechazar el contacto físico incluso con un familiar muy cercano ya que lo único que desea y le calma es estar en los brazos de su madre. La mayor parte de las acciones de los niños (andar a gatas por ejemplo) tienen el objetivo de atraer la atención de la madre y una mayor presencia de ésta.
  4. Formación de relaciones reciprocas. Esta fase comprende desde los 18-24 meses en adelante. Una de las características importantes a estas edades es la aparición del lenguaje y la capacidad de representarse mentalmente a la madre, lo que le permite predecir su retorno cuando ésta está ausente. Por tanto, decrece la ansiedad porque el niño empieza a entender que la ausencia de la madre no es definitiva y que en un momento dado, regresará a casa. En esta fase, los niños a los que su madre les explica el por qué de su salida y el tiempo aproximado que estará ausente suelen llorar mucho menos que los niños a los que no se les da ningún tipo de información. A partir de los tres años, el niño despliega una serie de estrategias con las que intenta controlar la interacción con su madre “obligándola” en determinados momentos a pactar las entradas y salidas del hogar
  5.  ¿Qué consecuencias en el desarrollo emocional tiene un bebé que carece de cuidados?
R=Características del niño. Existen estudios que relacionan los partos complicados, niños prematuros, enfermedades en los primeros meses e incluso el temperamento del niño con problemas en el establecimiento del vínculo afectivo del niño. Los niños extremadamente difíciles (lloran todo el día y se muestran irritables con mucha frecuencia) suelen provocar ansiedad en la madre y esto hace que sea mas complicado el establecimiento del lazo afectivo. Sin embargo, si los padres tienen recursos afectivos, sociales y cognitivos adecuados para manejar el difícil temperamento del bebé o la enfermedad del mismo, puede no haber excesivos problemas a la hora de desarrollar el apego.

Por tanto, un temperamento difícil del niño no tiene por qué provocar un apego inseguro; depende de cómo los padres ajusten de manera armoniosa su conducta a la del bebé